Ha pasado más de un mes del terre-mare-moto y caminar orillando por la calle central hacia el sector "El Refugio" en la caleta Cerro Verde Bajo, es bastante más expedito y menos desolador, que hace algunos días cuentan los atribulados pescadores artesanales en la comuna de Penco.
Hoy es sábado, y como hace ya varias semanas,antiguos amigos,compañeras y camaradas, se reúnen viniendo desde distintos lugares a colaborar solidariamente en la etapa de reconstrucción de este típico lugar de compra,venta y degustación de pescados y mariscos.
Conmueve ver este paisaje horadado por el paso inconmensurable de la naturaleza, y nos retrotrae a pensar y accionar nuevas formas y modalidades para con otros iguales que viven en total desgracia y carencia.
Desde acá todos se mueven en plena diversidad: por ahí;la hiperkinética Mara Rojas, coordina toda la labor de ayuda social con las mujeres comprometidas del sector;por allá; Paola Aste, apurando la llegada de la retroexcavadora que aún no llega desde el Municipio para evacuar tierra y escombros que quedan por doquier.
La casa de Juan Carlos "Chico" Pérez, es el centro operacional de toda ayuda,allí se ha recopilado ropa,alimentos y pertrechos desde el mismo día 27 de febrero,cuando la alta marea- de hasta dos metros de altura-,llegó sin mediar ningún aviso,salvo el de los bomberos y radiopatrullas que les "avisaban" de todo lo contrario. Cuentan que el vecino Zabala,permaneció 4 días arriba de un árbol,- entumido y sin alimentos-,se mantuvo viendo impotente como venía y arrazaba el tsunami con prácticamente todo el vecindario.
Los emblemáticos estudiantes de la Universidad del Bío-Bío, de aquellos álgidos años 80, Hernán Osorio y Mario Maas,multiplican tareas y proyectos de futura construcción en nuevos espacios para viviendas,pega nada fácil sin una buena gestión y mayor apoyo solidario de muchos que aún faltan por sumarse. La espera de ayuda concreta desde el municipio sigue en la incertudumbre,principalmente,por la falta de comunicación vital entre la autoridad local y los vecinos.
El realizador Juan Carlos Mege,avisora con su cámara,todo movimiento y faenas que suceden desde y hacia adentro del mar...mientras tanto,su amigo Miguel Angel,-cuál pintor de mujeres solas-,delinea el local de nuevos colores para ell espacio del segundo piso de comidas,desde donde entra y sale cada vez más entusiasmado.
Llega la hora de almuerzo, y dejamos de hacer encuestas a pleno sol, para "refugiarnos" al lado de una sombra segura y comerrnos una rica y tibia lentejada,que a todos nos reconforta. La Violeta Amanda y Ximena,-la futura mami-,médicos chilenas recién llegadas desde Cuba,se admiran de ver tanto desastre material,pero al mismo tiempo, de la profunda belleza y solidaridad humana existente aquí.
Ahora llega la Juanita Paz y tres jóvenes bailarinas del taller Calaucán,quienes interactúan con los niños y niñas inventando juegos y pinturas. Hay para ellos, golosinas,frutas y cuadernos que se llevan de regalo por participar.
Ahora viene el anunciado partido de baby-futbol entre los afuerinos y locales,que termina con nosotros los más viejos "algo" acalambrados,pero contentos al fin de estar juntos y de vuelta en este viaje de alta camaradería. La señora Sabina y sus vecinas, llaman a la mesa a compartir un suculento curanto colectivo que produce suspiros y ayayaies.Ante tanta exquisitez y contundencia culinaria, preguntamos por el correspondiente sistema de salud,que arranca en breve,con la primera llegada de la blanca damisela,perdón damajuana.
La joven Talia Alejandra y su pololo,le ponen nuevos bríos al cancionero latinoaméricano, cantando y tocando afiatadamente clásicos ritmos en el cuatro y charango. La fiesta popular recién comenzó y el crepúsculo amaranto baja calmo,regado y tendido modulando la noche, opiniones,ideas y aportes de lo que pronto vendrá,un encuentro socio cultural masivo en 15 días y más trabajo voluntario. Se comprometen a invitar a la Ema Millar,Carmen Veloso,Barrio Sur y el doble estrella de Antonio Ríos.
Llega la hora de partir,abrazos y despedidas y afuera la calle la vemos más bulliciosa que nunca, buena señal de que la vida fluye total en la gente y que a pesar de los pesares,la tendencia es volver a la normalidad en el angosto y populoso sector de La Caleta Cerro Verde Bajo.
